La contingencia ambiental además de los problemas de salud que conlleva, representa pérdidas económicas millonarias para la Productividad de las Industrias, Empresas, Familias y Gobiernos.
En 2015 la ENCA Estrategia Nacional de Calidad del Aire reportó cifras del INEGI sobre los costos ambientales, los cuales fueron de casi $558,000 Millones de pesos equivalente al 3.2% del PRIB de ese año.
El reto es que México pueda ajustarse a las recomendaciones de la OMS Organización Mundial de la Salud respecto a los niveles de concentración de contaminantes, así como a las Normas Oficiales Mexicanas, lo que incidiría en un ahorro de 18,000 millones de pesos.
Los desafíos para México en materia de preservación y conservación de los ecosistemas son muchos frente al 2030 ya que para entonces se deberá contar con la información, instituciones e infraestructura necesaria para prevenir y controlar las emisiones de contaminantes a la atmósfera.
Las contingencias ambientales que se dan a lo largo de la historia en diversos puntos del planeta y por diversas razones, son la consecuencia de falta de previsión, irresponsabilidad, corrupción, omisiones y de una serie de malas decisiones de los gobiernos de los países, falta de políticas públicas, protocolos y pésima reacción y mala planeación en el desarrollo y crecimiento sostenido que debe ser integral y observar todas las aristas del complejo convivio social.
Las contingencias ambientales impactan desde luego en primer lugar a LA SALUD de la población y es por ende lo más inmediato que hay que atender.
Es pertinente recordar el caso de Londres que en el invierno de 1952 durante 5 días la llamada “Niebla Asesina” oscureció su cielo más de lo habitual, siendo dicha niebla una mezcla de sustancias mortales como emisiones de carbón, ácido sulfúrico, óxidos de nitrógeno y amoniaco entre otras sustancias que acabó con la vida de casi 12mil personas.
En ese frío invierno se mezclaron los gases y humo del carbón, de las fábricas, hogares y vehículos que se acumularon ante la ausencia de viento. Con visibilidad a sólo un metro de distancia, la gente empezó con problemas para respirar.
Inglaterra sí se caracteriza por su niebla pero también recordemos que es a donde se gestó la Revolución Industrial con todo el impacto ambiental que ésta ocasionó.
Ante esta situación fatídica del ’52 el Parlamento Británico elaboró y aprobó la Ley de Aire Limpio en 1956.
Aún sigue considerándose el peor fenómeno de contaminación atmosférica en la historia moderna.
La pregunta queda en el aire: ¿Estamos en México preparados para prever ó solamente para reaccionar?
Hay prioridades señores y señoras que administran nuestros recursos públicos: EL AIRE es la vida misma.