*En todo el mundo, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, decretado oficialmente por Naciones Unidas en 1999; sin embargo, en Latinoamérica esta fecha se conmemora desde varios años atrás, en 1981 en honor a las hermanas Mirabal, dominicanas, asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por orden del dictador Rafael Leónidas Trujillo, del que eran opositoras.
Un listón naranja en la Muñeca es un buen inicio para recordar que cada 25 de mes se toma consciencia de unirnos a la Campaña permanente para la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas.
¿Por qué esto importa? De acuerdo a los datos más recientes de 2018 de las Naciones Unidas, en el mundo hay actualmente un 50,5 % de hombres y un 49,5 % mujeres.
México cerró el 2017 con una población en los hogares de 123.6 miles de personas; de las cuales 51.3% son mujeres y 48.7% hombres.
Las estimaciones de población del CONAPO para 2018 indican que residen en el país un poco menos de 125 millones de personas, de los cuales 63.9 millones son mujeres y 60.8 millones son hombres.
La tasa de participación económica, a nivel nacional presenta diferencias importantes entre ambos sexos; hombres (77.5%), y mujeres (43.7%).
Las matemáticas no mienten. Si las mujeres somos la mitad de la población, somos necesariamente un potencial de generación de riqueza económica, social, cultural, política. Podemos generar grandes aportes en la educación, la investigación, la tecnología.
Ciertamente que las razones de la violencia contra las mujeres y las niñas son multidimensionales y dichas razones son causa y consecuencia de la desigualdad. Discriminar por razones de género incide directamente en una baja de los niveles de productividad y desarrollo de un país acrecentando la pobreza.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica porcentajes terribles a donde aproximadamente una de cada tres mujeres y niñas en el mundo (el 35 %) han experimentado violencia física o sexual a manos de su pareja o de terceros. Este porcentaje, aunque impactante, solo muestra una parte de la historia.
La violencia de género es un fenómeno mundial que no respeta edad, estatus social, económico, educativo, raza ni posición geográfica. Existen cifras aproximadas del verdadero alcance de la violencia dado que muchas mujeres no se atreven a denunciar.
Los datos se diluyen también porque en algunos países hay leyes discriminatorias que legalizan y normalizan las violencias, a veces violencias invisibles cubiertas por los usos y costumbres. Por ejemplo, actualmente en 49 países no hay leyes que protejan a las mujeres de la violencia doméstica. Y en 18 países las mujeres necesitan la aprobación de su esposo para aceptar un trabajo.
La lucha por la igualdad no corresponde solamente a las Mujeres. Claramente es y debe ser una lucha que emprenda cada habitante de este planeta. Lograr la No violencia de género y la igualdad es conveniente, trae altos rendimientos, es lo justo, es lo humano, el deber ser y el logro de la PAZ en su más amplia acepción.