México se adhiere a la OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el 18 de mayo de 1994, siendo el país miembro número 25 de la Organización y también el primer país en desarrollo que el organismo aceptó.
Actualmente el organismo internacional con sede en París y que entró en vigor en septiembre de 1961, cuenta con 38 países miembros cuyo objetivo es el de coordinar sus políticas económicas y sociales y cumplir con el compromiso de trabajar de manera colaborativa reconociendo la interdependencia de sus respectivas Economías, fortalecer la economía de mercado y los sistemas democráticos; crear políticas que promuevan la prosperidad, igualdad, oportunidades y el bienestar de todas las personas respondiendo a los desafíos económicos, sociales, medioambientales y de buen gobierno.
Ante tal serie de compromisos, México tiene un enorme reto que cumplir como País miembro, aún en un momento tan complicado que enfrenta la economía local y mundial y bajo una situación inédita de total incertidumbre generada por el impacto del Covid19, sin omitir que ya se venía arrastrando una contracción económica de 2019 como resultado de las tensiones comerciales mundiales.
La OCDE señala que el panorama económico a marzo del 2020, indicó un ligero repunte del creciente del 0.7% en 2020 y de 1.4% en 2021 pero ante la llegada del coronavirus se estima una contracción de alrededor del 8% en 2020 con una recuperación en U para 2021 pero aún muy por debajo de la de diciembre de 2019.
Además, asegura que en el panorama mundial la economía sufrirá una contracción mucho peor que la de la crisis del 2008-2009, cuando hace menos de tres o cuatro meses se estimaba que el crecimiento promedio se acercaría a un 3.3% y finalmente por lo menos hasta este momento, se estima muy por debajo de un 2.4%
La crisis no solamente ha sido de carácter sanitario y económico, sino que ha impactado todos los ámbitos de las sociedades del mundo, reconfigurándolos hacia una nueva forma de vida, hacia la llamada “nueva realidad” y aprendiendo a vivir con ella.
Ante esta situación la OCDE ha estado generando profundos análisis de situaciones que le ha permitido proponer recomendaciones de Estrategias y de Política a los Países Miembros en su plan de recuperación.
El impacto de la recesión, así como de la recuperación, dependerá de la evolución de la pandemia, de las estrategias de prevención y contención que implemente cada gobierno para controlarla y solamente después de esto se puede pensar en algunas estrategias económicas de reactivación.
El estudio de las Perspectivas Económicas que emite la OCDE contempla dos posibles escenarios: uno en el que el coronavirus continúa retrocediendo y está bajo control; el otro en la posibilidad de un segundo rebrote. Son escenarios necesarios de replantear porque implican la definición de las políticas que abordarán esos terrenos desconocidos.
Podría suceder que a finales del 2021 la pérdida de ingresos a nivel mundial, supere cualquier recesión de los últimos 100 años, salvo los tiempos de guerra, trayendo consecuencias nefastas y duraderas para las personas, empresas y gobiernos.
Sin embargo, tendrían que activarse instrumentos innovadores que establezcan nuevas propuestas de desarrollo, adoptadas por los Gobiernos de los Países para acortar la brecha de dichas consecuencias nefastas e iniciar un proceso de recuperación mucho más rápido, resiliente, efectivo y sostenible.
En México, por ejemplo, el pasado 7 de mayo, Canirac reportó cerrados definitivamente 30 mil restaurantes, Empresas pequeñas y microempresas, empresas familiares que no tuvieron un apoyo, con lo que esto significa en pérdidas de empleos formales, en nula recaudación, el nulo ingreso al PIB del sector, etcétera. Pero se hicieron propuestas innovadoras como las entregas a domicilio a través de Apps con el fin de sobrevivir por lo menos, mientras en paralelo se implementa otras novedades en todo el proceso para afrontar la nueva realidad.
Lo que es sin discusión, absolutamente urgente e indispensable, es que haya un tratamiento o vacuna disponible contra el coronavirus para focalizar los esfuerzos en la recuperación generalizada no solamente de la salud sino en la economía y todos los aspectos de las sociedades del mundo.
En cuanto a México, los siguientes 10 puntos son algunas consideraciones que propone la OCDE de manera que permitan fortalecer las estrategias que el país implemente ante la crisis.
Estos puntos los podrás ver detallados en el link señalado al final del artículo. Aquí solamente se enumeran a manera de índice:
1° La política macroeconómica.
2° Fortalecer la política financiera.
3° Fortalecer el sistema de Salud
4° Reestructurar nuestras Economías para enfrentar el cambio climático, proteger el medio ambiente, biodiversidad y la salud.
5° Fortalecer los sistemas de protección social y de bienestar entre la población más vulnerable.
6° Fortalecer apoyos a las Empresas en particular a las Pymes.
7° Propiciar el uso de las Tecnologías Digitales para fortalecer el crecimiento y facilitar los desafíos de la postcrisis.
8° Fortalecer el apoyo a la Ciencia, Tecnología e Innovación.
9° Fortalecer la capacidad de respuesta de nuestros Sistemas Educativos y de formación de Competencias, Habilidades y Destrezas.
10° Fortalecer las capacidades del Estado
Finalmente, las perspectivas de crecimiento dependen de muchos factores, entre ellos la evolución del virus como ya se mencionó, la duración de los confinamientos, las repercusiones en la actividad y la implementación de una política fiscal y monetaria de apoyo que favorezca la transición.
Excelente artículo prima muchas FELICIDADES y esperemos que los gobiernos implementen medidas urgentes y efectivas par la recuperación económica de los países en especial de nuestro querido México. Te mando un fuerte abrazo
Excelente contenido. Ante la ausencia hasta ahora de apoyos concretos para mantener las fuentes de empleo este artículo me deja ver qué hay algunas cosas que las pymes podemos hacer parara intentar sobrevivir.