El fin del confinamiento NO es el regreso a la normalidad
Seguramente te has preguntado ¿y para cuándo termina el confinamiento? ¿cuándo termina la pandemia? ¿cuándo se normalizará la vida social, la economía?
No hay una respuesta certera a ninguna de estas y otras preguntas que diariamente rondan en nuestra cabeza. La palabra sigue siendo: incertidumbre.
Cierto que ya andan por ahí algunas fechas propuestas para regresar por lo menos a la actividad laboral, la actividad escolar y otras. Pero todo dependerá de cómo va la curva de contagios por el Covid19 y la manera como se esté gestionando desde las autoridades.
A la incertidumbre hay que cortarla en plazos para ir cumpliendo metas pequeñas. En la incertidumbre no existe el largo plazo. Nadie arriesgaría lo que tiene en un futuro incierto.
El futuro por naturaleza así se define y a pesar de ello todos lanzamos la moneda al aire y construimos sueños que llamamos empresa, familia.
En una empresa, cuando se trata de riesgos, no se trata de pasarlos por alto, sino de gestionarlos a través de la implementación de diversas acciones estratégicas, colocando a responsables para cada acción.
Para gestionar los riesgos es preciso entender el entorno inmediato y el externo. A este respecto, el Fondo Monetario Internacional prevé que la economía en México podría caer hasta un 6.6% en 2020 y que al contraerse la economía mundial estaríamos en un nivel peor que durante la crisis financiera de 2008-2009 y más atrás en la historia, peor que la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado.
Ante estas circunstancias, la resiliencia la debemos tener tanto individuos como Empresas, pero éstas deben estar forzosamente apoyadas por políticas públicas. No se pueden hacer Planes de Continuidad Empresarial sin incorporar los Planes Oficiales de las Autoridades.
Recuperar la “normalidad” será todo un reto y una nueva experiencia. Seguramente trataremos de comportarnos de la misma manera como para reconocernos, pellizcarnos para saber que ahí seguimos.
Precisamente hoy leía una nota periodística que narraba que el primer día del desconfinamiento en París, se hicieron unas largas filas en una tienda Zara.
Un interesante caso para los estudiosos de la psicología de masas y otras disciplinas sociales, económicas, matemáticas y del comportamiento humano: Después del “encierro”, la locura de salir como caballos desbocados. Y qué mejor que ir a una tienda a “comprar”. La compra como un mero simbolismo de que se puede tener control sobre la realidad. Comprar tu propia realidad.
Sinceramente mi primera salida será correr a abrazar a mis seres queridos. ¿Y tú?
Las empresas saben del reto en la nueva realidad. Saben que la confianza del consumir ha decaído, por el estado general de la economía.
Saben que recuperar la normalidad se refiere justamente a una nueva realidad. Tendrán que rediseñar su modelo de negocio.
Apegarse a la innovación dentro de las medidas del sano convivio, la sana distancia, los ahora limitados espacios o aforos que tendrán negocios como restaurantes, bares, fonditas, cines, escuelas. O en las oficinas crear horarios escalonados y en la medida de lo posible, hacer home office.
El retorno económico será de manera gradual, como ir despertando de un sueño. Y luego el arranque, apostándole a que no haya nuevos brotes del virus, porque si algo va a dejarnos esto, es un temor al contagio que impactará directo en la economía.
Sea como sea, el factor más importante a tomar en cuenta será el TIEMPO que todo lo cura Como en el mal de amores.
Los analistas económicos ven varios posibles escenarios. Por mencionar algunos:
Un escenario optimista. Que sería una vuelta rápida al restablecimiento de la economía con sólo reaperturar los negocios, que es el escenario menos real porque la normalidad ya está trastocada.
Otro, es uno que tomará más tiempo, porque el restablecimiento económico se dará de manera progresiva. Este no suena tan mal.
Y el peor, es el que puede tomar décadas por que el colapso no solamente es económico sino social, político y cultural.
Así que tengamos paciencia. Hagamos el día a día. Pongamos un ladrillo a la vez.
Las empresas deben asegurar su retorno lo más sano posible en materia legal, fiscal, financiera, de comunicación, sanitaria y otros aspectos. Se llama Cumplimiento normativo.
Deben también acatar todas las disposiciones oficiales en materia del control de riesgo sanitario para garantizar un ambiente propicio a los colaboradores libre del virus y de posibles contagios.
Toda vez que el regreso a los Centros de Trabajo sea una realidad, las preguntas que ahora nos hacemos las cambiaremos por otras y otras y otras.
Porque esta realidad estará evolucionando constantemente por muchos años, agregando capas de información tal como lo hace la realidad aumentada.
En mis tiempos sólo le temíamos al CoCo.
Ahora, al Co-Covid19 y su evolución.
Excelente publicación,
Hay que adaptarnos a la nueva realidad donde la resiliencia y la innovación tendrán que estar presentes. Reinventarnos, crear nuevos modelos y hacer uso de la digitalización en las empresas.
Felicidades!!
concuerdo con tu análisis es una realidad que la incertidumbre mata mas que una pistola
no tenemos rumbo homogéneo el gobierno jala para un lado y los empresarios para otro creyendo ambos tener la razón y la única razón y verdad es que no se ponen de acuerdo
Creo que saldremos adelante en unos 18 meses porque al reducirse el PIB en automático aumenta la deuda externa e interna y si el petróleo no sube peor ,además que nuestros paisanos bajarán fuertemente el envío de remesas, puede que en pesos no, pero el valor del dólar que según yo seguirá subiendo hasta 30 a final de año lo que signifuca qye seran menos dolares pero de nayor calor antecel peso
en fin gracias por compartir
Excelente artículo. Para los que contamos con empresas pequeñas y medianas el reto es gigante, efectivamente la Pandemia está cambiando la dinámica económica del mundo para mal en casi todos los casos y nuestro trabajo es el de romper paradigmas y generar nuevos esquemas de trabajo.
Si a la situación difícil que estamos viviendo le sumamos la ineficiencia, inoperancia, inconsciencia, desconocimiento, verdades a medias, corrupción e impunidad de nuestro actual sistema de gobierno nuestra misión se hace casi imposible.
Definitivamente los riesgos externos de los negocios expresados via; tasas de interés, tipos de cambio, índices nacionales de precios al productor y al consumidor,… impactan especialmente en las actividades economicas a las cuales la economía familiar no podrá destinar en lo inmediato recursos para consumir sus productos o servicios (para estos la política y apoyos públicos serán determinantes para que se mantengan como negocios en marcha, no considerando los que ya se encontraban próximos al cierre del negocio por inviables ya antes de la pandemia). Entonces el desempleo y el ingreso limitado de los que mantienen una relación laboral o actividad que lo genere, sin lugar a dudas se destinará para el consumo de alimentos y parcialmente al pago de pasivos (con o sin diferimiento para continuar a partir de agosto calendario mensual de pagos). Así el Sector Primario, La Industria alimentaria básica, Comercio, Transporte, Educación y Sector Financiero, reanudan como prioridad familiar y económica. Pero otros sectores clave en nuestra economía como el Turismo, Servicios no alimentarios, La Industria Manufacturera,…se irán incorporando conforme el ingreso para el consumo lo permita. O bien el Gobierno mantenga sus programas de mantenimiento y creación de infraestructura. Considero que la meta inmediata es la misma que cuando inicias una iniciativa emprendedora e inviertes para obtener un beneficio específico, es decir, alcanzar el punto de equilibrio bajo un entorno de recursos escasos, baja inversión y bajas ventas, costos de la incertidumbre que deberán incluir gastos en insumos sanitarios de acuerdo a lo que establezca la autoridad, y alta eficacia en el control austero de la estructura de costos/gastos/desembolsos. Pero apostar siempre a continuar en una nueva realidad evitando el camino de la depresión social y económica.